Częstochowskie Studia Teologiczne, 1985, T. 12-13
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Pozycja Przykazania w etosie Nowego TestamentuDziuba, Andrzej F. (Częstochowskie Wydawnictwo Archidiecezjalne "Regina Poloniae", 1985)Todas las morales „negativas” que destacan exclusivamente las „prohibiciones”, corren el riesgo de perderse en una „moralidad del pecado”. En estos casos, los preceptos dejan de ser medios y se convierten en fines y, en consecuencia, se corre el riesgo de caer en lo más ridiculo de la casuistica. Y de la casuistica se pasa facilmente al rigorismo, dado que ambas actitudes se implican mutuamente. Tal fue el final de la moral judia en tiempo de Jesús. A esta situación tan vigente en Israel, se opone Jesús con firmeza y energia. Jesús se separa de la interpretación del sábado tal corno lo hacian los rabinos. La misma relatividad de los preceptos se encuentra en la interpretación que hace Jesús de la ley del ayuno y tambien de las purificaciones rituales. Hablando sobre el tempio y los lugares de culto, Jesús senala que los nacidos del espiritu ofreceran al Padre un culto de verdad, porque reconocerán la verdadera revelación de Jesucristo. Es banal — y por demás inexacto — afirmar que la nueva moral predicada por Jesús no se rige por precepto alguno. La moral cristiana no es, en absoluto, una „moral sin norma”. El Jesús prescribe numerosos mandatos. De este modo, se encuentran en el NT los primeros catálogos de virtudes que facilitan el camino, asi como los vicios que dificultan la salvación. En estos catalogos los Escritores insprados afirman continuamente que repiten y formulan „los preceptos del Senor”. Jesús quiere que sus exigencias sean aceptadas como auténticos preceptos, que deben ser pusstos en práctica. Referido al nuevo estado del hombre que ha escuchado su mensaje Salvador, los preceptos de Jesús tienen también una fuerza vinculata, hasta el punto que Jesus los enuncia casi siempre como „condiciones para entrar en el Reino” (p.ej. Mt 5,20). También el mensaje moral predicado por Jesús admite preceptos estrictamente obligatorios, pero no son fin en si mismos. Son condiciones y mandatos que facilitan el camino y evitan el peligro de perderse. Responden a la naturaleza — ale serdel hombre. En este sentido, la moral judia se distingue de la moral cristiana. En aquella regian los preceptos de la Ley. En el Nuevo Testamento abundan los preceptos y censejos imperativos que tratan exclusivamente de ayudar al hombre a ser fiel a su vocación y que facilitan el cumplimiento del mensaje moral del NT. identificarse con Cristo, ser realmente „Ipse Christus”.